Extraño tus ojos tus juegos y tus palabras mudas al amanecer Extraño tus abrazos tus caricias y tu silueta al amor hacer Extraño tus labios oh! cómo los extraño! y nuestras conversaciones y tu cama en invierno y cuando me amabas... y aun extraño porque me sigues hablando y mantienes vivo el recuerdo aunque sepamos que lo mismo no será lo sabes, lo sé... Todo reducido quedó a solo una fragancia de Paco que aun revive el sentimiento por las calles de mi gran Santiago y así solo sigo y más ya no pido solo esperaré... y espero que no solo hasta mi atardecer.