La vida me ha enseñado sutilezas a punta de golpizas a distinguir entre lo uno y lo otro, que antes eran uno y a exacerbar los rasgos distintivos sin que implique un retroceso a periodos más escindidos de mi vida. Sé que he recorrido poco aunque parezca una vida he aprendido cosas, he desaprendido otras y lo que me queda es que aprendo sin aprender solo conozco porque aun no aprendo a aprender. Es gracioso a ratos este gusto mio a manosear chupar y estrujar las palabras hasta que me son ajenas quizás en un intento de esconder entre tanto énfasis lo importante apenas mencionado dejándome evidente. A veces deseo con ansias la simpleza, sí esa que aborrecería tener sabiéndome sin tanta parafernalia sin complicación, sin maquinación ni premeditación sin esa paja mental y ese exquisito caldo de cabeza. Me gusta escribir, lo extrañaba aunque miedo me daba expresar mi sentir, aflojar el dolor y mostrar la pena porque las marcas son las que quedan aunque no se vean porqu