Jamás me perdonaré
pensar como pienso
ni sentir como siento
cuando siento lo que siento
y lo que pienso y lo que veo
y no sabes que te deseo
con frenesí
como tu polo opuesto
aunque seamos de igual carga
abrazarte por las noches
respirar de tu cuello
y hacerte de mi
hasta que me canse
hasta que te canses
hasta que en susurros
el amor te haga
mientras la madrugada
nos cobije a través de mi ventana
y yo con suaves versos
recorra tu piel
y la devore
haciendo poesía.
pensar como pienso
ni sentir como siento
cuando siento lo que siento
y lo que pienso y lo que veo
y no sabes que te deseo
con frenesí
como tu polo opuesto
aunque seamos de igual carga
abrazarte por las noches
respirar de tu cuello
y hacerte de mi
hasta que me canse
hasta que te canses
hasta que en susurros
el amor te haga
mientras la madrugada
nos cobije a través de mi ventana
y yo con suaves versos
recorra tu piel
y la devore
haciendo poesía.
Comentarios
Yo tampoco jamás me perdonaré. Y no me perdono. Y no lo perdono. Y casi lo entiendo. En verdad, hablo de cosas que no tienes idea, y que quizás nunca sepas, sólo basta decir que anoche apagaron casi toda esencia enamorada en mi. Dudo que pueda hacer poesía pronto. Lo dudo (aunque esto sea mentira).
Prefiero no saber. Aunque ya sepa(s) demasiado.
Odiar es lindo, cuando el que odias no lo sabe, no sabe que lo odias porque intentas no estar cerca de él, lo odias porque te gusta tanto y él a penas te mira, y te invita a almorzar, y lo invitas a tu casa y comen helado, y salen a bailar y se besan, y después te dice que en verdad tiene miedo... Es lindo odiar de esa forma, porque es un odio casi compartido, es como un odio que sale de un intento, de unas ganas, de un deseo, que quizás nunca llegue a ser completado... En fin.